Balance

Este 2019 no me deprimí en todo el año.

Sólo tuve un ataque de pánico y dos medio ataques.

Pasé de decir las cosas mal, a decirlas bien pero que igual me dejen, para finalmente decirlas bien y que me sigan hablando.

Pasé de ser madre soltera a madre de toda mi familia (mamá, papá y hermana).

Además pasé de ser madre soltera a reconocer que hay un otro ahí oficiando de padre al que le decimos papá.

Pasé de negar la realidad familiar a aceptarla y eso me permitió poner algunos límites a las pelotudeces que dicen mis viejos. 

Así los estoy ayudando a wue se hagan cargo.

Este año me pude reconocer como profesional. Muchos pacientes me dieron las gracias por haberlos ayudado y estoy empezando a sentir que ser psicóloga esta bien.

Además me reencontré con muchas cosas artísticas que había abandonado: la escritura, la ilustración, el diseño.

Y también saqué mi veta comercial para aprender a venderme más y mejor. 

Este año volví a querer y a sentirme linda y deseada gracias a un escorpiano al que extraño un montón, pero que no me dio ni cabida. 

Me volvi a abrir a mi acuario que estaba abandonado por tanto trabajo duro y organización y perseverancia que logré de marzo a dic...noviembre.

Pasé de sentirme abandonada a empoderada. 

Logré dejar bastante las harinas y el alcohol, y después me animé a retomarlo cuando me animé a invitar a alguien a tomar una birra, que fueron 4, pero que no desequilibraron nada.

Porque este año logré mucho equilibrio. 

A veces todavía me pierdo. Me voy en ilusiones y flasheo almohadones compartidos con gente que ni conozco.

Pero voy de a poco. Porque este año medio que aprendí a ir más despacio sin sentirlo carencia.


Comentarios

Entradas populares