Lo increíble

Vengo a la plaza y busco el lugar exacto donde nos sentamos aquella vez que nos reencontramos sin tener ni idea de la que se venía.

Qué miedo me da pensar si le doy o no le doy el libro, mis cartas, que nunca llegan a destino. 

Qué loco pensar que Pablo sólo sea una proyección de mi inconsciente anudado al deseo de mi tío que yo tenía olvidado. 

Pienso que hace poco me invitó, también sin saberlo a que vayamos un finde a la reserva El Destino. 

Ni mi cuerpo sabe si mandarlo o no mandarlo porque este es un trauma familiar no sanado. 

Qué miedo estar creando lo increíble.

Comentarios

Entradas populares